La orden de captura se expidió por los delitos de homicidio agravado en calidad de determinador y concierto para cometer homicidios, según manifestó la fiscala Zoraida Uvita que lleva el caso.
El coronel Montezuma, quien comandaba la Sijín en Norte de Santander, en 2003, habría sido quien entregó la información sobre el paradero de la familia de un presunto guerrillero que había sido capturado por la Policía, a miembros del Frente Fronteras de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) que operaba en la ciudad.
Con esos datos, los paramilitares que operaban bajo el mando de Jorge Iván Laverde Zapata, alias ‘El Iguano’, asesinaron a tres personas que fueron identificadas como Virginia Contreras de Granados, María Ruth Granados Contreras y el menor de edad José Antonio Granados Contreras, todos familiares de un presunto subversivo que días antes había sido detenido por la Policía.
Además de las sindicaciones hechas por ‘El Iguano’ en las diligencias de confesión de hechos dentro del proceso de Justicia y Paz, el coronel Montezuma también ha sido mencionado por Albeiro Valderrama Machado, alias ‘Piedras Blancas’, quien fuera comandante en Pamplona de las Autodefensas Unidas de Venezuela y por Mauricio Moncada, alias ‘Mocoseco’, quien operó como financiero de esa organización delictiva.
Al momento de esta publicación, el coronel Montezuma permanecía recluido en la capital colombiana, pero se espera que en las próximas horas sea trasladado a Cúcuta para que responda por los delitos de los que se le acusa.
Los hechos
Cuando apenas iniciaba el martes 23 de julio de 2003, varios sujetos fuertemente armados, que se movilizaban en dos camionetas, irrumpieron en la humilde vivienda de la familia Granados Contreras, en la calle 3 con avenida 17 del barrio Los Alpes.
Allí descansaban Virginia Contreras de Granados y sus hijos, María Ruth Granados Contreras y el menor de edad José Antonio Granados Contreras, madre, esposa y cuñado de un presunto guerrillero que días antes había caído en poder de la Policía.
Los hombres, aprovechando la oscuridad de la noche, obligaron a la familia a abordar las camionetas e iniciaron un recorrido mortífero que terminaría al mediodía.
El primero en morir, de un disparo en la cabeza, fue el menor de edad, quien fue ultimado promediando la 1:00 de la mañana, en la calle 6A con avenida 22 del barrio 28 de Febrero.
Una cuadra más adelante, en la avenida 21 con calle 6, en el sector conocido como ‘Cuatro Palos’, cerca a la iglesia de El Calvario, acribillaron a su hermana, María Ruth. Ella fue amarrada de manos por la espalda y arrodillada. En esa posición le propinaron 4 disparos.
Cuando los investigadores judiciales conocieron del caso y se disponían a hacer los levantamientos de los cadáveres, varios familiares se acercaron y reconocieron a las víctimas. Asimismo, manifestaron que hacía falta la mamá de ellos dos.
Hacia el mediodía una llamada alertó a las autoridades de un asesinato cometido en el Cerro de la Cruz. Allí, bocabajo y con varios impactos de bala, yacía el cuerpo de Virginia.
Por estos tres asesinatos es que deberá responder el hoy detenido coronel William Montezuma, quien además, también tiene investigaciones pendientes por sus presuntos vínculos con la guerrilla y el supuesto cobro de una extorsión a un empresario del carbón en Norte de Santander.
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